Relaciones: Docente, Alumno, Comunidad e Institucion

      Para empezar la relación del docente-alumno puede ser transcendente para una buena educación. Por las experiencias que vemos día a día en las instituciones nos damos cuenta que la relación docente-alumno es inevitable en la educación y que esta relación sea buena es fundamental para ambos. El alumno se siente en un entorno cómodo y de confianza donde es capaz de desenvolverse, y adoptar una actitud de recepción más adecuada. Se puede decir que esta relación docente-alumno siempre va a ser beneficiosa, ya sea tanto para el alumno quien recibió una educación buena y de calidad donde puede desenvolverse en la vida, y para el docente quien puede ser un profesional con la satisfacción de haber realizado un buen trabajo.

     Concentrándonos en la relación docente – comunidad, es muy importante destacar que cada comunidad tiene singularidad con diferencias que son propias. Cada persona que forme parte de una comunidad posee una necesidad de identificación cultural y de pertenencia, que es necesario satisfacer, a través de la educación. Por lo tanto la relación docente – alumno – comunidad debe tener entre sus características fundamentales de aprendizaje, el brindar situaciones lo más concretas posibles y vivenciales con su entorno natural, cultural y social. Dentro de la comunidad está la familia, que pertenece a una cultura y, por lo tanto, en la medida en que se favorezca esa relación, se afirman también los lazos de valoración y estima de ella.  

    En la relación docente-institución la formación docente deberá responder a la doble finalidad de conocer, analizar, y comprender la realidad educativa. Elaborar un rol del docente que constituya una alternativa de intervención en dicha realidad mediante el diseño, puesta práctica, evaluación de estrategias adecuadas para para la enseñanza a sujetos específicos en contexto determinado. La institución tiene mucho que ver en la educación, dice Hanna Arendt (1993)- la misión de mediar entre el niño y el mundo, de una forma que el primero se integre en el segundo minimizando el riesgo de rechazo que existe naturalmente entre ambos.

     En la relación docente, alumno-comunidad se tiene en cuenta que la educación es un proceso integral, social, fundamental del individuo. De manera que una interacción social habla de las relaciones humanas, la interacción del día día con la sociedad, que al mismo tiempo resalta lo que verdaderamente somos; seres humanos capaces de comprendernos, saber cuáles son nuestras necesidades, defectos, virtudes y como personas racionales permiten entender el medio que le rodea y las necesidades de los demás.