Patricia Espejo
El docente de educación inicial es una persona
muy comprometida con el trabajo que le toca afrontar, por lo que debe gozar
principalmente de buena salud física y mental para poder proyectar a los niños
el conocimiento de manera armoniosa, además que el trabajo en preescolar exige
una actividad continua y el maestro debe enfrentar múltiples reacciones.
Debe actuar dentro de un marco de tranquilidad
y respeto con los niños, padres y representantes y todo el personal del centro
educativo. Es muy importante que el maestro de preescolar ofrezca una imagen
agradable, limpia, cordial, con principios éticos sólidos.
A demás de ofrecer la mejor apariencia, el
maestro debe comprender y respetar al niño como persona, debe poseer para
transmitirle hábitos, habilidades y destrezas, debe respetar las iniciativas de
los niños, debe tener la sensibilidad que le permita descubrir y aprovechar las
potencialidades de los niños, valorar la importancia que tiene la etapa
preescolar en la formación del ser humano por lo que debe atender
diferenciadamente las potencialidades de los estudiantes, asesorar y dirigir el
desarrollo del sistema de actividades y procesos de la organización
estudiantil, favoreciendo la autogestión y la capacidad de organización
colectiva.
Los maestros de educación
inicial deben participar en las reuniones técnico-docentes, con la finalidad de
coordinar las acciones pedagógicas curriculares, que promueven la orientación
que mantienen no solo del maestro sino también de los alumnos. Es una profesión
que abarca muchos aspectos. Por lo que la vinculación afectiva es la más
importante y permite velar por el equilibrio afectivo y emocional de los
estudiantes propiciando un ambiente acogedor, abierto y de confianza
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